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THE UNDERGROUND DEN

Co-working Núñez de Balboa 

Madrid, 2016

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En un local en semisótano en la calle Núñez de Balboa de Madrid se encuentra “The Underground Den”, un singular espacio de cooperación empresarial, productiva y creativa basada en la idea de generación de “start-ups” en nuestros propios garajes.

Muchos proyectos de empresas tuvieron sus comienzos tras las persianas de sus propios garajes. A día de hoy, sus fundadores muchas veces olvidan destacar dónde comenzaron a crear el germen de sus gigantes corporativos o, simplemente, sus arranques fueron olvidados. Es por ello que en “The Underground Den” tomamos las potentes y accesibles cualidades del espacio-garaje para crear una sinergia entre los agentes emprendedores para dar lugar no sólo a un espacio coworking, sino a un proyecto de gran potencial social, económico y empresarial. Si de un único garaje aislado han nacido numerosas empresas y proyectos de referencia contemporánea, ¿por qué no unir muchos garajes en un único espacio para aumentar exponencialmente la capacidad productiva de sus emprendedores?

Partiendo de unas difíciles condiciones espaciales, en un local de semisótano de 190m² con una única entrada de luz, bajas alturas y una antigua distribución de oficina muy alejada del concepto de espacio compartido, el proyecto lleva a cabo una distribución de “garajes” en torno a un único espacio central. Los “garajes” (oficinas) se distribuyen a lo largo de todo el perímetro del local, manteniendo una geometría quebrada en planta y en sección que consigue una reflexión oblicua de la luz para que llegue hasta el antes oscuro fondo del local. A su vez, estos paramentos quebrados consiguen otros dos objetivos fundamentales: por un lado, dan lugar a un espacio central de coworking diferenciado de las oficinas perimetrales que funciona como zona de paso y de intercambio de ideas entre todos los agentes participantes, y, por otro lado, los quiebros también se emplean en las alturas de techos para crear un espacio que descienda y redirija a los ocupantes hacia un área más íntima, de concentración y de reunión al fondo de “la guarida subterránea”.

Las tecnologías arquitectónicas del garaje se toman prestadas basándonos en el espíritu de reutilización, reciclaje y creatividad, propio de las start-ups que se pretenden potenciar. El espacio coworking central está rodeado de paramentos quebrados cubiertos por persianas metálicas retroiluminadas que ofrecen la posibilidad de cerrar o abrir los garajes en función de si los propietarios de cada empresa se encuentran en el espacio en cada momento. De esta forma, cada garaje participa del proyecto común de creación empresarial, pero sin perder la individualidad creativa de cada grupo empresarial. Paralelamente, se reutilizan ruedas de bicicleta para convertirlas en luminarias suspendidas del techo central, se reciclan y se acondicionan cajas de madera para darles un uso de mobiliario, se crea una franja de pavimento de rayas negras y amarillas para diferenciar las zonas de tránsito y las zonas de trabajo y se combinan materiales de calidez doméstica como la madera de abedul o el césped artificial con materiales industrializados como el techo de policarbonato blanco y las persianas de varilla de aluminio anodizado, jugando así con la habitabilidad propia de la intersección entre el confort de una vivienda y la informalidad y la funcionalidad de su garaje.

Al mismo tiempo, se emplean otras numerosas estrategias para maximizar la entrada de luz natural y la eficacia de la misma, aplicando el color blanco en paramentos y techos, usando un techo tensado de espejo en la zona más interior del local que aumenta la sensación espacial de amplitud, o compartimentando las oficinas entre sí con particiones de vidrio blanco translúcido en la mayor parte de su superficie, aunque transparente en su parte superior, para conseguir la privacidad de sus trabajadores.

Conseguir romper espacialmente el contraste entre la seriedad y la formalidad de los tiempos de trabajo y la creatividad y la informalidad de los tiempos de descanso, ha sido otra de las premisas de “The Underground Den”. El espacio acaba entendiéndose como un único desplegable de ligeros paramentos de vidrios de colores, particiones de ladrillo pintado de blanco y persianas metálicas industriales, que admite numerosos elementos de vegetación y de mobiliario en función del contexto y de las empresas en cada momento. Y es que siempre habrá nuevos proyectos comenzando tras las persianas de un garaje.

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Design Credits:


Architecture and interior design by CLAVEL ARQUITECTOS


Partners in Charge: Manuel Clavel Rojo / Luis Clavel Sainz

Team: Robin Harloff, David Gil Delgado, David Hernández Conesa

Photography: David Frutos (BISimages)

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